«El hombre, perplejo, tiene tres maneras de enfrentar el caos: la ciencia, la filosofía y el arte. Se dice que la ciencia analiza lo finito renunciando a lo infinito; que la filosofía, desde Platón, da consistencia a lo infinito, y que el arte -¿por qué no el teatro?- crea un finito que devuelve al sujeto -al espectador- lo infinito.»
Genealogías teatrales
Mimesis y personaje, la variación de dos invariables
por Bernardo Carey
No cabe duda que entrenar distancias largas termina por ser una tarea enajenante. Como una especie de nueva religión, el que rinde culto al triatlón termina por tener un dialogo más directo consigo mismo: el Dios hedonista del siglo XXI.
«Sitúate enfrente de las tres posturas -el centro se encuentra entre (no frente a) la derecha y la izquierda, y tiene, por ello, algo de la una y de la otra- o, mejor aún, pasa de largo, haz como si no existieran, regresa mental, cultural, espiritual y sentimentalmente a la Edad de Oro, que terminó o, mejor dicho, fue terminándose paso a paso, golpe a golpe, con el nacimiento del monoteísmo, con la caída de Pablo, con la batalla del Puente Milvio, con la destrucción de Eleusis, con el estallido de las tres grandes revoluciones (la francesa, la industrial y la bolchevique), con la derrota del Sur en la guerra de Secesión de Estados Unidos y con la llegada del comodoro Perry al puerto japonés de Urawa. Ésas son las nueve mayores catástrofes de la historia universal. Sólo falta la décima, que seguramente está al caer. »
Parece que hay una lección que aprender de los diseñadores de armas. Verdaderos gurús de la moral y la conciencia limpia, estos hombres esconden un espíritu hegeliano y schmitteano.
Supongo que son lagrimas las que salen de los ojos cuando recuerdo la primera vez que alguien me platico la vida de Ludwig. Creo que fue un libro el que se tomo el tiempo de explicarme todo.
¿Valor? Más bien lo que tiene este hombre es filosofía de vida. Ha aprendido perfectamente que en esta vida no hay que tomarse tan en serio las cosas.
Quizá algunas bromas que hace parecen muy fuertes, excesivas, fuera de lugar. Pero si lo ponemos en perspectiva, parece que lo «duro» o «inapropiado» de sus obras (verdaderas «bromas de arte») son los receptores : incapaces de relajarse y divertirse cuando las cosas se salen un poco de la rutina diaria.
Seria interesante ser víctima o espectador de una de las bromas de Remi. ¿Cómo reaccionaríamos? Idealmente, participaríamos pasivamente riendonos y disfrutando. Pero puede ser que en la realidad no seamos tan cooperativos. Los mecanismos de defensa que hemos heredado incluyen
1.- el Instinto, que nos llevan a reacciónar con poca información y sin haber procesado los hechos.
2.- la Emoción, que nos desvía del normal curso de acciones frente a una situación nueva o que nos exalta (nos saca del cause).
3.- el Hábito, que nos determina de acuerdo a nuestra «tradición», una dependencia en el camino que tomamos y hemos tomado durante algún tiempo (path dependence).
Por eso los vídeos de Remi Gaillard son verdores poemas Zen, un ‘kōan postmoderno.
Gracias Remi(el que nos hace reír, no el que nos hace llorar)
Marchall McLuhan fue, antes que nada, un disciplinado lector canadiense de James Joyce. También fue filósofo, catedrático de la universidad y escritor/profeta de la era de la información. Sus obras son centrales en el debate sobre el poder de los medios, el controls de los medios y el estudio de los medios. Es él, también, un defensor de un género en decadencia: el comicbook.
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Aquí abordaremos el tema del hombre perteneciente a una tribu. Muy acorde al relativismo post-moderno.
El hombre Trivial contra el hombre individual. Escuchamos los tambores de la tribu, y escuchamos todos el mesaje:
» … una princesa se casa en Inglaterra, hubo un temblor en el norte de Africa, una estrella de Hollywood se emborracha..»
Aparición de McLuhan en Annie Hall, la Película de los años 70 de Woody Allen
Una entusiasta introducción a McLuhan
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Finalmente, un artículo de la CBC frente a su Centenario