Con nuestras autopistas, el internet y sus redes sociales, los teléfonos celulares y las operaciones a corazón abierto a veces nos sentimos muy modernos.
Pero en materia de religión, política y relaciones sociales aun estamos en pañales.
La verdad es que nuestra ciudad funciona igual que la «Ciudad Antigua», con Totems y chivos expiatorios.
Por eso no es extraño ver la larga lista «convecciones» sociales en la que todos estamos de acuerdo. Como que el único camino en el que México puede sobresalir es a través de la educación.
Uno de estos mitos fundacionales, por lo menos de la política de los últimas décadas, es Elba Esther Gordillo. Un mito como pocos.