El nuevo museo Soumaya es difícil de digerir.
El edificio, las obras que albergan y las pequeñas hojas de aluminio en forma hexagonal son los que son muy difíciles de digerir.
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El primer sentimiento compartido siempre es: que bueno que existen los monopolios económicos, que tenemos al hombre más rico del mundo en México y que ha resuelto por invertir en obras de Arte.
El Encanto dura poco y regresamos a maldecir el precio en las llamadas de celular.